Luchando contra ciclones, muertes de familiares, problemas interpersonales y misteriosas maldiciones mágicas, el tiempo que Ben Ryan estuvo a cargo del equipo masculino de rugby 7 de Fiyi fue realmente inspirador. Él nos da una idea de las dificultades a las que se enfrentó y también de cómo tuvo que desarrollar su manera de pensar para sacar lo mejor de sus jugadores.